una buena manera de comenzar el año:
larga y solitaria caminata a la orilla del río
bajo la lluvia
cruzando multitudes de árboles invernales
con sus abrigos de musgo y de hiedras
oscurecidas
el agua limpia de las montañas corriendo más
rápida que nuestros pasos
las gotitas de lluvia golpeteando en la tela
del paraguas
y manteniendo el paisaje humedecido y frío