mi hijo de seis años ya ha tomado el sendero
que lo alejará irremediablemente de mí
hace ya algunos meses
ha comenzado su diálogo interno
su propia conciencia empieza a ocupar
una parte importante de sus días de niño
incluso cuando vamos por la calle
caminando tomados de la mano
y aunque todo nuestro mundo pareciera estar entre las dos palmas
lo espío de reojo y lo veo mover imperceptiblemente los labios
veo como cambia la expresión de sus cejas y sus ojos
hablándose a sí mismo con concentrado interés
y ya lejos, muy lejos de mí