hoy cuando empezaste a soplar el saxo
y a sacarle ese sonido virgen
de niño principiante
tan dulce y tan sorprendente
vino el mirlo
se paró en la reja
y empezó a cantar
la felicidad del principiante
y el misterio de la música
de los sonidos combinados entre sí
ahí y entonces
la respuesta del día
sonó clara
para mí
para mí